MYANMAR
Un viaje a la lejana Myanmar (ex-Birmania) es el sueño del viajero intrépido. Esta es una tierra donde los monjes vestidos con longyi tradicional son venerados, miles de estupas religiosas se levantan de las llanuras y la vida de las aldeas flotantes fluye y fluye sobre el lago Inle. Para vislumbrar el antiguo Sudeste Asiático, no hay un destino más revelador que este misterioso país, que solo comenzó a permitir que los viajeros occidentales entraran en sus fronteras recién en los últimos años.
Yangon, la ciudad más grande del país, es una mezcla seductora de influencias británicas, birmanas, chinas e indias, desde su antigua arquitectura colonial hasta su cocina única. En este país profundamente budista, las pagodas marcan la tierra y algunas de las más impresionantes se pueden encontrar en allí, incluyendo la Pagoda Shwedagon y la Pagoda Sule.
Viaja a Mandalay y explora lugares como Mandalay Hill, un monasterio lleno de templos, un lugar de peregrinación para budistas durante casi dos siglos. Quizás la mejor manera de experimentar el romance de la era colonial y ver las realidades cotidianas del pueblo birmano sea navegando por el río Irrawaddy, a bordo del nuevo “Santuario Ananda”, hasta Bagan, desembarcando en templos y contemplando la vida a lo largo del río.
Si Yangon y Mandalay son las capitales de la cultura y el comercio de Myanmar, entonces Bagan es el centro espiritual del país. Más de 2.000 pagodas, estupas y sienes salpican las llanuras doradas de Bagan, una vista única en la vida para contemplar. Otros puntos destacados incluyen el Templo de Ananda, el mejor conservado de la región, y el Monte Popa, un impresionante volcán que se dobla como un lugar de peregrinación budista.